Catorce tesis sobre el capitalismo, el Green New Deal y Puerto Rico

Texto
Rafael Bernabe,
Movimiento Victoria Ciudadana – Senado de Puerto Rico, y Departamento de Estudios Hispánicos,
Universidad de PR- Río Piedras 

 

Arte
Garvin Sierra / Taller Gráfico

Catorce tesis sobre el capitalismo, el Green New Deal y Puerto Rico

¿Cuáles son los elementos de un Green New Deal transformador desde Puerto Rico, que confronte la condición inherente capitalista de explotación social y ambiental, y que contribuya a una descolonización de nuestro país?

  1. En el capitalismo, la competencia obliga a las empresas a la búsqueda de la mayor ganancia posible. Para esto, deben reducir costos, ampliar las ventas y, por tanto, la producción a expensas de sus competidores. Los costos se reducen agrediendo a la clase trabajadora y al ambiente. La producción se amplía a costa de recursos limitados y de los equilibrios de la naturaleza. El precio de no acatar estos imperativos es el naufragio de la empresa en las aguas de la competencia. No es posible un capitalismo verde ni respetuoso del ambiente. La defensa del capitalismo y del ambiente son incompatibles. El cambio climático lo demuestra: hace décadas se conoce el impacto de las emisiones de CO2 y otros gases, pero las emisiones siguen aumentando. El sistema es incapaz de autolimitarse para proteger el ambiente. 
  2. La protección de la biosfera exige la abolición del capitalismo y la transformación de las fuentes de riqueza en propiedad común y propiedad social, que pueda ser administrada democráticamente para satisfacer las necesidades materiales de todos y todas de modo respetuoso con el entorno natural (del cual la humanidad es parte).1
  3. Es cierto que la abolición del capitalismo no puede preverse en el futuro inmediato. Por ahora tendremos que actuar dentro del capitalismo. Actuar dentro no quiere decir actuar a favor o en consonancia con el capitalismo. Tendremos que actuar dentro del capitalismo, pero contra el capitalismo, contra su lógica y sus imperativos. Cualquier logro parcial que limite, aunque sea un poco, su destructividad es importante. Más aún: tan sólo a través de la lucha contra las consecuencias del capitalismo y por medidas inmediatas llegará a comprender la mayoría que su bienestar y el del ambiente exigen la abolición del capitalismo. Nuestro lema y orientación invariable en todas las luchas e intervenciones debe ser “la gente y el ambiente por encima de las ganancias”. Siguiendo esa perspectiva se lograrán conquistas parciales, impuestas al capital a través de la presión social y la legislación, y avanzará el cuestionamiento del sistema cuyo motor es la ganancia privada.
  4. Las propuestas de Green New Deal (GND) son insuficientes en la medida que, al igual que el New Deal original, pretenden un reactivamiento de la economía capitalista. Apuestan a un capitalismo verde imposible. Pretenden combinar la ganancia privada con los imperativos ecológicos. No por ello debemos dar la espalda al GND. El GND incluye exigencias que debemos abrazar.2 Debemos luchar por ellas junto a los promotores del GND, pero debemos advertir que enfrentaremos la feroz oposición del gran capital y ante eso, en cada coyuntura, debemos insistir en el criterio señalado: “la gente y el ambiente por encima de las ganancias”. 
  5. Si bien el capitalismo no reconoce ni respeta equilibrios ni límites naturales, sí enfrenta límites: los que generan sus contradicciones internas. Como sistema de explotación, el capitalismo se nutre de trabajo humano, pero a diferencia de los sistemas de explotación anteriores, la competencia conduce al remplazo del trabajo por máquinas. Así se reduce el peso relativo del trabajo en la producción, lo cual conduce a la caída de la tasa de ganancia, reguladora de la acumulación capitalista. Por tanto, el capitalismo atraviesa por crisis recurrentes, con efectos devastadores sobre el pueblo desposeído (desempleo, empobrecimiento).3 Las crisis se usan para combatir la agenda ecológica: lo más importante, se dice, es generar crecimiento, empleo e ingreso. En periodos de prosperidad, se dice lo mismo: las protecciones ambientales reducirán el crecimiento, el ingreso, la “competitividad” y el empleo y empobrecerán a los trabajadores y las trabajadoras. Por tanto, ninguna agenda ecológica ganará apoyo masivo si no se combina con un programa para satisfacer las necesidades –como alimento, agua, vestido, vivienda, salud, educación, energía, transporte y movilidad, seguridad para la niñez y la vejez, para empezar– de las mayorías desposeídas. Las propuestas de GND tienen el mérito de hacer esta conexión, lo cual debemos enfatizar y defender.4 Como indicamos, esa agenda ecológico-social provocará una resistencia feroz del capital que sólo podrá ser superada a través de la movilización social. 
  6. Reducir las emisiones netas de gases de efecto invernadero en 50 % para 2035 y totalmente para 2050 exige abandonar los combustibles fósiles. Lograrlo sin recurrir a la energía nuclear y reduciendo al mínimo el uso de tecnologías problemáticas (la captura de carbono) exige, además, una reducción en el consumo energético y, por tanto, en alguna medida, de la producción.5 Como es necesario aumentar el consumo de sectores que ahora carecen de las condiciones para una vida digna, esto requerirá un cambio de las formas de consumo y una reducción del consumo innecesario e irresponsable. Para ganar apoyo, ese programa tiene que atarse a una visión, no del empobrecimiento sino del enriquecimiento de la vida. La combinación de la garantía de la satisfacción de las necesidades fundamentales y la reducción de la jornada y semana de trabajo, –exigencia clásica del movimiento obrero– son el medio concreto para redefinir el bienestar y el progreso humanos en términos cualitativos y no cuantitativos, no como la acumulación incesante de más mercancías, sino como el disfrute del tiempo libre para actividades libres y autodirigidas.6
  7. El capitalismo ha supuesto, no sólo la explotación del trabajo y la destrucción del ambiente, sino también la subordinación de vastas regiones del mundo a las necesidades de las economías capitalistas avanzadas, según definidas por sus clases dominantes. Esa dominación imperialista ha asumido distintas formas, desde el colonialismo hasta las imposiciones del Fondo Monetario Internacional (FMI) y las reglas de la Organización Mundial del Comercio (OMC). Los países subordinados han sido objeto de formas acentuadas de explotación del trabajo, saqueo de recursos y destrucción ambiental. La división del trabajo impuesta por los países desarrollados los ha especializado en la producción para la exportación y obligado a adoptar formas de producción capitalista (monocultivos, deforestación, minería destructiva, etc.). Un programa climático en estos países incluye la transición a la energía renovable; el cese de la extracción de gas y petróleo; la recuperación de la producción para el mercado interno, incluyendo la soberanía alimentaria. Los países subordinados no pueden realizar esta transición mientras estén agobiados por deudas insostenibles, sometidos a reglas de la OMC que penalizan los intentos de fomentar la producción nacional como violaciones del “libre comercio”. Tampoco pueden costear esta transición con sus limitados recursos financieros y una limitada base tecnológica. Por tanto, un programa global para atender la emergencia climática debe incluir la anulación de la deuda de los países subordinados, el cese de las imposiciones del FMI y de la OMC y los países desarrollados, y una transferencia masiva de recursos hacia los países empobrecidos. Sin esto no es posible evitar la catástrofe climática.7 El GND debe tener una dimensión internacional y anti-imperialista.
  8. El programa señalado aplica plenamente a Puerto Rico, como país colonial. Es necesaria la anulación de su deuda insostenible, la anulación de los imperativos del libre comercio para permitir una mayor localización de la producción (incluyendo la soberanía alimentaria) y una aportación sustancial del poder colonial para financiar la reconstrucción económica y ecológica. Tal aportación debe ser parte de la propuesta de GND en Estados Unidos. Las exigencias de los movimientos laborales, ambientales, antirracistas, etc., en Estados Unidos son afines a esta agenda. Podrán asumirla, para lo cual debemos formularla claramente.
  9. Un programa para una transición justa en Puerto Rico debe basarse en la perspectiva de anular (la deuda), recuperar (las ganancias), diversificar (la producción), descarbonizar y descolonizar. Puede incluir, para empezar:
    1. Revocar PROMESA y de ese modo la Junta de Control Fiscal;
    2. Mantener la protección del gobierno de Puerto Rico ante demandas de los acreedores;
    3. Realizar una auditoria ciudadana de la deuda y trabajar por su anulación como deuda ilegítima e insostenible;
    4. Detener y revertir las políticas de austeridad y privatización (incluyendo la reapertura de escuelas y su transformación en centros de participación y organización vecinal y comunitaria);
    5. Revocar la “Reforma laboral de 2017” y hacer valer el derecho constitucional a la organización sindical, la negociación colectiva y la huelga, borrados en la práctica por los patronos privados con el visto bueno del gobierno;
    6. Adoptar un programa económico centrado en la reinversión de las ganancias generadas en la Isla, incluyendo una reconsideración de las políticas de exención contributiva;
    7. Impulsar 
      1. la conquista de la soberanía alimentaria fomentando el modelo agroecológico;
      2. la transición a la energía renovable guiada por la propuesta Queremos sol;8
      3. un nuevo urbanismo, que incluya la reducción de la dependencia en el automóvil privado, detenga el desparrame y proteja las tierras agrícolas;
      4. la recuperación y renovación de comunidades existentes e históricas, que evite el aburguesamiento (gentrification);
      5. la estricta protección de la zona marítimo-terrestre y la integridad de las cuencas hidrográficas;
      6. la extinción del turismo destructivo (los cruceros, por ejemplo) y fomento del modelo ecoturístico; y
      7. una política de basura cero (con rechazo de la incineración).
    8. Impulsar la transformación democrática del sector público con participación laboral y ciudadana (incluyendo reformas del sistema de educación pública y la UPR);
    9. Iniciar un proceso de descolonización y autodeterminación a través de la convocatoria de una asamblea constitucional de estatus; y
    10. Lograr una aportación sustancial del Congreso de Estados Unidos para la reconstrucción económica de Puerto Rico y su apoyo al proceso de descolonización.
  10. Cuatro elementos son indispensables para alcanzar estos objetivos. Primero, una mayor coordinación (democrática, flexible, que respete la autonomía de todos los sectores) de las organizaciones: laborales, de las mujeres, ambientales, comunitarias, estudiantiles, políticas, religiosas, culturales que estén dispuestas a decir “¡Nuestras vidas valen más que sus ganancias!”. Segundo, un programa mínimo compartido que resuma nuestras aspiraciones y oriente la lucha. Tercero, vínculos y colaboración con movimientos afines en otros países, sobre todo, Estados Unidos. Cuarto, dotar a esa resistencia de una expresión y, por tanto, de una organización política.
  11. El funcionamiento burocrático y antidemocrático de organizaciones, coaliciones y organismos de coordinación en el pasado ha generado una exaltación de la llamada espontaneidad como rasgo positivo. Se olvida que las grandes movilizaciones –que nadie predijo ni planificó de antemano, como el verano del 2019– fueron preparadas y precedidas por decenas de iniciativas grandes y pequeñas de grupos y organizaciones sindicales, de mujeres, estudiantes, ambientalistas, entre otros sectores. ¿Por qué se acogió masivamente y casi de un día para otro el llamado a un paro nacional en julio de 2019? Precisamente porque las luchas sindicales, estudiantiles, de las mujeres, etc. ya habían familiarizado a amplios sectores de la población con esta forma de lucha. De igual forma, las acciones más impactantes del verano del 2019 –que culminaron con el paro y marcha del 22 de julio– se realizaron con el apoyo organizado de los sindicatos. Es necesario crear organismos democráticos de coordinación, con representación de todos los sectores que den continuidad a esas luchas. Ejemplos pasados fueron el Comité Amplio de Organizaciones Sociales y Sindicales en la lucha contra la privatización de la Telefónica en 1997-1998 y la lucha contra la presencia de la Marina de Estados Unidos en Vieques.9
  12. El rechazo justificado de los partidos dominantes y de sus líderes por muchas personas ha nutrido una posición de rechazo de la política y de la organización política en general, como parte de la lucha por el cambio social. En algunas de las asambleas en las plazas celebradas después del verano del 2019, se planteó, por ejemplo, que no se quería la participación de partidos o de organizaciones políticas o sus representantes. Sin embargo, mientras las sociedades necesiten el estado para organizarse, será necesario actuar para cambiar, orientar, bloquear, etc., las acciones del estado. Es decir, será necesario hacer política. Serán necesarias propuestas y demandas políticas. Por lo tanto, será necesaria la organización política. Los movimientos laborales, de la mujer, ambiental, estudiantil, de derechos LGBTT, etc. necesitan una organización y proyecto político propios. La mala política hay que combatirla con buena política y para eso es necesaria la organización política. Nuestro problema no son los partidos, la intervención político-partidista o la política, sino el capitalismo, los partidos y la política capitalistas. Por otro lado, no hay que suponer que de las luchas sociales, laborales y ambientales surgirá un solo programa y movimiento político. Puede surgir más de uno. Esa pluralidad y el debate y selección entre distintas propuestas y programas son parte de la organización de la resistencia. Lejos de excluir las organizaciones políticas o partidos de asambleas, coaliciones y movimientos, debemos invitar a que todos presenten sus programas para que sean debatidos y considerados.10
  13. El disgusto con las campañas y la política electoral y el pobre desempeño de los oficiales electos han generado un rechazo de la lucha electoral como un terreno de acción o iniciativa política. Esta posición señala correctamente que el poder económico del gran capital y su control de las ramas y funciones reglamentadoras, judiciales, administrativas y ejecutivas del gobierno limitan grandemente la iniciativa y las acciones de funcionarios electos con una agenda contraria a esos intereses. De igual forma, la acción y la movilización en el taller, la escuela, la universidad y las comunidades que afectan el funcionamiento normal de la economía capitalista (y el flujo de las ganancias) han sido y son fundamentales para arrancar concesiones al gran capital.11 Es decir, no debe dependerse exclusivamente, ni siquiera prioritariamente, de la acción electoral y toda acción legislativa debe estar vinculada a la organización y movilización fuera de la legislatura. Pero esto no implica abandonar el terreno electoral, pues se trata de un espacio al que también se pueden y deben llevar las ideas, propuestas y representantes de la resistencia anticapitalista.
  14. Necesitamos, en fin, coordinación y organización democrática y participativa; organización sindical, social, comunitaria, ambiental, etc., y, también, política; participación electoral, pero no estrechamente electoralista sino vinculada a las luchas más allá de la legislatura.

 

Notas

  1. Ver, por ejemplo: Foster (2009), Foster y Magdoff (2011), Malm (2020), Tanuro (2013), 
  2. Por ejemplo, el proyecto de GND de Alexandria Ocasio-Cortez incluye reducir a cero las emisiones netas de gases de efecto invernadero; promover un sistema de alimentación sostenible que asegure el acceso universal a comida saludable; garantizar a todas las personas agua y aire limpio; crear sistemas de transporte público limpios, económicos y accesibles; establecer procesos democráticos, participativos e inclusivos para planificar, implantar y administrar los programas; reparar la opresión histórica de las poblaciones: indígenas, de color, emigrantes, comunidades desindustrializadas, comunidades rurales despobladas, los pobres, trabajadores de bajos ingresos, las mujeres, los adultos mayores, las personas sin techo, las personas con diversidad funcional; garantizar salarios adecuados, vacaciones pagadas, retiro seguro; fortalecer y proteger el derecho de los trabajadores a organizarse, sindicalizarse, a negociar colectivamente; fortalecer y hacer respetar las leyes de salud y seguridad ocupacional, las normas de salario y jornada laboral, entre otros aspectos. H. RES. 109 (February 7, 2019), “Recognizing the Duty of the Federal Government to Create a Green New Deal”. file:///C:/Users/sonde/Documents/Proyectos%20Ley/Green%20New%20Deal.pdf
  3. El análisis clásico de estas contradicciones se encuentra en la obra de Marx. Para una discusión a partir de la gran recesión de 2008, ver Kliman (2012) 
  4. Ver nota 2.
  5. Kolasi (2019).
  6. Ver Lowy (2015), Soper (2020).
  7. Klein (2014) Naomi Klein, This Changes Everything. Capitalism vs. the Climate (Simon and Schuster, 2014).
  8. https://www.queremossolpr.com/
  9. Hemos trabajado estos temas en Bernabe (2020) y Bernabe y Rodríguez Banchs (2019a). 
  10. Además de los artículos indicados en la nota anterior hemos abordado este tema en Bernabe y Rodrígue Banchs (2019b). 
  11. Ver sobre este tema el reciente y detallado estudio de Young, Banerjee y Schwartz (2020). 

Referencias

Bernabe, Rafael (2020) The Puerto Rican Summer. New Politics, Vol. XVII, Núm. 4. URL:https://newpol.org/issue_post/the-puerto-rican-summer/.

Bernabe, Rafael y Rodríguez Banchs, Manuel (2019a) Verano 2019: balances y perspectivas, 80 grados, (2 de agosto 2019. URL: https://www.80grados.net/verano-2019-balances-y-perspectivas/;

Bernabe, Rafael y Rodríguez Banchs, Manuel (2019b) La política de la anti-política. 80 grados, 26 de julio 2019. URL: https://www.80grados.net/la-politica-de-la-anti-politica/.

Foster, John Bellamy (2009) The Ecological Revolution. Making Peace with the Planet. New York: Monthly Review.

Foster, John Bellamy y Magdoff, Fred (2011) What Every Environmentalist Needs to Know About Capitalism. A Citizen’s Guide to Capitalism and the Environment. Nueva York: Monthly Review.

Kliman, Andrew (2012) The Failure of Capitalist Production. Underlying Causes of the Great Recession. Londres: Pluto.

Kolasi, Erald (2019) Energy, Economic Growth and Ecological Crisis. Monthly Review, Vol. 71, Issue 2. URL: https://monthlyreview.org/2019/06/01/energy-economic-growth-and-ecological-crisis/

Lowy, Michael (2015) Ecosocialism. A Radical Alternative to Capitalist Catastrophe. Chicago: Haymarket.

Malm, Andreas (2020). Corona, Climate, Chronic Emergency. War Communism in the Twenty-First Century. Londres: Verso.

Soper, Kate (2020) Post-Growth Living. For an Alternative Hedonism. Londres: Verso.

Tanuro, Daniel (2013) Green Capitalism: Why It Can’t Work. Londres-Amsterdam: Merlin- Resistance. 

Young, Kevin A., Tarun Banerjee, y Michael Schwartz (2020) Levers of Power. How the 1% Rules and What the 99% Can Do About It. Londres: Verso.